Digitalización de cintas de vídeo, de lo antiguo a lo moderno, de lo analógico a lo digital
Si te acercas o estás en los 40, seguro que de pequeño te habrán grabado con alguna cámara analógica, posiblemente en Vídeo 8 o VHS-C, y si lo que pasas es de los 50, incluso a lo mejor han recogido tus travesuras de pequeño en forma de película Super 8 o Regular 8.
Estos formatos son los considerados analógicos, y poco a poco fueron sustituidos por los formatos digitales, hablamos de cintas Mini DV por ejemplo, y más tarde por los discos Mini DVD.
Cada formato tuvo sus ventajas e inconvenientes, aunque siempre, y como todo en la vida, hay que verlos y analizarlos en el contexto social y tecnológico en el que nacieron, se desarrollaron, y como todo, murieron.
De alguna manera las películas Super 8, con su duración de tres minutos y el tedioso proceso de de tener que enviarlas a revelar (nunca sabías lo que te ibas a encontrar, si es que te encontrabas algo, ya que en ocasiones una vez procesadas por el laboratorio te dabas cuentas de que no había nada y se habían perdido las imágenes por uno u otro motivo), consiguió acercar el «cine» a las familias, pudiendo recoger esos preciados instantes que ahora tanto nos gusta recordar y que de otra manera se habrían perdido.
La llegada del vídeo grabador doméstico, primero en formato 2000, rápido y fugaz, y posteriormente el Beta y el VHS, consiguió llevar esas películas que habíamos visto en la cartelera de los cines a las casas gracias a los videoclubs, grabar los programas de televisión para verlos en la comodidad de nuestro sofá cuando quisiéramos, y almacenar las imágenes de la nueva generación de videocámaras en formato Vídeo 8 o VHS-C que poco a poco se iban poniendo al alcance de cualquier familia y que una vez grabadas eran volcadas o copiadas a las cintas VHS para reutilizar una y otra vez las cintas de la cámara, de menor duración y más caras.
El DVD marcará un nuevo salto, convirtiéndose en una primera incursión en lo digital, con la aparición de las primeras cámaras en formato Mini DVD y los primeros grabadores y reproductores de DVD, donde, y según la calidad, podríamos almacenar desde una hora hasta varias horas de imágenes.
Pero el salto más importante, que marcaría un antes y un después, sería la llegada de la grabación en tarjeta de memoria, donde ya tendríamos imágenes completamente digitales, pudiendo copiarlas, enviarlas, o modificarlas a nuestro antojo.
Ahora, son muchos los que se encuentran con cajas y cajas con cintas antiguas, con imágenes familiares, eventos, y mil y una historias, en las que por ley de vida aparecen personas que ya no nos acompañan y sitios que han cambiado o directamente ya no están, y ahí es donde entramos en juego nosotros, ya que desde Cintas de Vídeo nos encargamos de digitalizar, y por lo tanto recuperar para que no se pierdan, esos momentos vividos, que seguro nos harán recordar y volver a vivir experiencias y sensaciones del pasado que ya forman parte de nuestras vidas.